Era un dia como cualquier otro, de aquellos dias en nadie nota la diferencia de lo que fue el ayer, o lo que es el hoy, la luz reflejada del sol entro por la ventana anunciando que el nuevo dia comenzaba. Me levante y me vesti, una blusa, una falda corta, unas botas y un sombrero en combinacion con la falda, el atuendo perfecto para dar un paseo por aquellas hermosas y espaciosas calles de la cuidad Tomoeda.
Tome las llaves que se encontraban encima de la repisa y emprendi mi viaje dejando atras el lugar al cual le llamaba hogar. El viento jugaba traviesamente con mi cabellera haciendola mover de un lado a otro al compas de este, como si estuviesen en un baile armonioso de almas sin cuerpos.
A lo lejos pude observar a un joven, no me parecia conocido, quizas seria nuevo o nomas estaba perdido por el lugar, intente ignorarlo pero no era de las personas que hacian eso asi que camine hacia el.
-etto... hola -dije en forma calmada, con un tono de voz pasivo que reflejaba paz, a la vez que centraba mis grandes ojos cafe sobre el joven que ahora se encontraba justo en frente de mi